TEMA 4. CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA.

 

Ciudadano es un término que se conjuga en masculino ligado al proceso de consolidación de los derechos civiles y a la propiedad, generalmente en manos de los hombres. Como podemos observar, ya estamos condicionando la exclusión de la mujer, y por ello la ciudadanía comienza en términos de desigualdad. Este proceso de va desarrollando a lo largo de la historia con el fin de conseguir la participación del ciudadano en la hechos de la vida, como en la política. Marshall señala tres elementos que se corresponden a tres momentos históricos para el estatus del ciudadano como son el civil (libertades individuales), el político (participar como miembro o elector) y el social (trata de garantizar un bienestar mínimo). Su idea es contrarrestar los efectos negativos del capitalismo con  los recursos de la democracia liberal, la cual ha sido muy criticada por basarse sólo en un contexto social (Gran Bretaña). La ciudadanía de Marshall es un sistema de integración basado en la redistribución y la justicia social, un factor de igualdad, aunque hasta el momento ha creado desigualdad y exclusión y con ello desconfianza en lo democrático.

A partir de los años 80, S.XX, se provoca un cambio, transformando al ciudadano en consumidor. A esto le acompañan transformaciones sociales de peso como la globalización económica, el deterioro del medio ambiente, la evolución de las tecnologías…Desde un punto de vista legal hay que incluir como ciudadanos  a los grupos excluidos, desde la esfera política hay que superar el concepto tradicional de ciudadano y desde el punto de vista ético-crítico hay que construir nuevos modelos de convivencia que den respuesta a las necesidades de la sociedad. Este proceso de reconstrucción está dando lugar a nuevas conceptualizaciones:

1.     La ciudadanía cívica: Propone la consideración de los deberes y obligaciones ciudadanas como complemento a los derechos. La Educación para la Ciudadanía tiene un valor importante.

2.     La ciudadanía participativa: Surge de los movimientos sociales. Sus respuestas se orientan a la reconstrucción del tejido social, la búsqueda y creación de espacios participativos, como el asociacionismo y las redes.

3.     La ciudadanía global: Enfatiza las interconexiones y dependencias a nivel planetario y destaca los temas globales como una parte imprescindible de la agenda ciudadana.

La educación en sí se plantea seguir a la sociedad que nosotros deseamos, aunque el modelo tiene que ser necesariamente democrático, ya que la democracia es una parte de la vida. La desigualdad que existe plantea retos difíciles. Dentro del sistema educativo formal, hay muchos casos de exclusión social; en el sistema de educación no formal se lleva encima la palabra pobreza que dirige la atención únicamente a lo material. La consecuencia es todo ello es la creación de seres humanos dependientes y no autónomos, que es lo que nosotros queremos, una ciudadanía emancipada haciendo hincapié en los factores que crean esta exclusión, ya que todos pertenecemos a una misma sociedad y nos merecemos participar.

La participación es una capacidad que necesita el ser humano para trasformar el medio en el  que vive creando formas de vida y relación social. Es una actividad creativa y transformadora, la falta de participación viene dada por la pereza y la pasividad del ser humano. Sirvent (1994), expone diferentes factores que desde el ámbito educativo, hacen que aumenten la no participación como la disciplina subordinada, la participación laissez faire, un pensamiento no reflexivo, etc.

Además, la participación no es una actividad que otorgue poder sino es voluntaria y consciente. Por tanto, la participación democrática se relaciona con la capacidad de influir colectivamente en la creación de nuestro entorno, de las formas de vida, y las decisiones que afectan a nuestro día a día. Con una participación auténtica se crea poderes en la ciudadanía tanto a nivel cognitivo, que aumenta su conocimiento, habilidades, etc; y a nivel operativo, que es una respuesta eficaz antes las condiciones injustas y pueden resolver problemas concretos. Algunas de los poderes de la ciudadanía participativa que propone Moro son:

 el poder de crear información, poder de promover asociaciones y redes, poder de crear nuevos símbolos, etc. Por lo tanto, la participación es un proceso de transformación social y un proceso de aprendizaje individual y colectivo. También, señalar que a la hora de participar hay que hacerlo con un objetivo o finalidad y para facilitarla con juegos, actividades y técnicas flexibles que produzcan diferentes formas de expresión y participación; aportar información adicional para el proceso de reflexión, etc. Esta participación se puede dar en varios grados: acciones reivindicativas y de expresión; colaboración en actividades decididas por otros; la cogestión como participación conjunta y la autogestión que es la distribución horizontal de poder y máximo nivel de participación.

 

Finalmente, solamente se aprende a participar participando en actividades conjuntas, es decir, aquellas actividades que sean participativas pueden convertirse en una escuela de ciudadanía.

En el ámbito socioeducativos se proponen diversas propuestas para aumentar el aprendizaje de la ciudadanía y la participación: la animación cultural, la educación popular, el desarrollo comunicativo, las escuelas democráticas, etc.